Entrevista a Raquel Huete: “Espero que las generaciones más jóvenes entiendan que el turismo no es consumir kilómetros sino disfrutar del viaje”
Tras haber compartido tiempo y espacio desarrollando proyectos turísticos de diversa índole, en Sien Consulting nos hemos propuesto seguir conociendo con mayor profundidad a Raquel Huete, profesora de Sociología del Turismo de la Universidad de Alicante con más de 20 años de experiencia en el sector turístico.
Raquel Huete es, además, investigadora en el Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas y dirige el grupo de investigación en planificación y gestión sostenible del turismo en la Universidad de Alicante. Fue Directora General de Turismo de la Generalitat Valenciana y actualmente es una de las investigadoras más influyentes en el campo de la accesibilidad y sostenibilidad del turismo según lo acreditan diversos rankings.
¿Por qué elegiste el turismo como campo donde desarrollarte profesionalmente?
Cuando era una niña jugaba a ser agente de viajes. Mis hermanos pequeños hacían de clientes y juntos organizábamos viajes a países lejanos, o incluso la vuelta al mundo. Tuve la suerte de empezar a viajar sola al extranjero desde muy joven, lo cual no era habitual en el contexto social en el que vivía. Pronto tuve claro que quería dedicar mi vida a viajar. Entonces, me pareció que estudiar Turismo era el mejor camino para convertir mi afición en mi profesión.
Con 22 años inicié los primeros viajes como guía turística. Recuerdo con emoción aquel primer viaje a la Expo de Sevilla, en 1992. Después ocupé distintos puestos en una agencia de viajes, de la que me despidieron por negarme a declarar si tenía intención de tener hijos (y cuándo). Aquel trabajo me gustaba mucho, aunque no tanto sus condiciones laborales. Eran los años en los que en España se emprendían las primeras reformas legislativas dirigidas a flexibilizar el mercado laboral, al tiempo que se producía una intensa privatización de grandes empresas públicas. El turismo se quedó al margen de las grandes decisiones en la política económica española, como sigue sucediendo en la actualidad.
En la agencia de viajes empecé a preguntarme por qué al mismo cliente se le podía vender indistintamente un viaje a las Islas Canarias, a las Baleares o a Benidorm. También me interesaba entender cómo funcionaba la relación entre los tour operadores y las agencias minoristas o cuáles eran las consecuencias del turismo para los lugares cuyos paisajes eran modelados por esta actividad.
En aquel momento comenzaron a impartirse los estudios de Sociología en la Universidad de Alicante y me llamaron la atención. En la universidad española la Sociología del Turismo no existía como asignatura. Era entonces una disciplina emergente que no se impartía en la titulación que empecé a cursar en 1993, aunque en el programa de la carrera sí que había otras materias que me ayudaban a comprender cómo el Mediterráneo se había transformado radicalmente desde mediados del siglo XX a causa del turismo y del proceso urbanizador que lo acompaña. Así, mi interés inicial por el turismo como profesión dejaba paso a una curiosidad científico-social.
Durante unos años hice compatible el trabajo en distintas empresas relacionadas con la internacionalización de la educación superior (otra forma de turismo: el turismo educativo) con la colaboración en un grupo de investigación de la Universidad de Alicante. Este grupo centraba su trabajo en el análisis de las relaciones entre el turismo, los procesos de urbanización y nuevas las formas de movilidad residencial. Poco a poco fui enamorándome de la investigación, así que dejé el resto de las actividades profesionales para incorporarme a tiempo completo a la Universidad de Alicante y desarrollar una carrera como profesora e investigadora.
“Estudiar turismo era el mejor camino para convertir mi afición en mi profesión”
¿Cuál ha sido el cambio más importante al que te has enfrentado profesionalmente en el sector turístico?
En 1990 ya nos decían en la Escuela de Turismo que las nuevas tecnologías acabarían con la intermediación turística. Evidentemente no ha sido así pero sí que es cierto que la revolución digital en la que estamos inmersos es el mayor cambio que yo creo que influye sobre el resto de transformaciones en los que está inmerso el sector turístico.
Desde tu ámbito de conocimiento, ¿a qué retos se enfrenta actualmente el sector turístico español?
En primer lugar, creo que el mayor reto es situar la sostenibilidad del turismo en el centro de todos los debates. La sostenibilidad ha de ser social y económica además de ambiental.
Un grave problema es la extensión del empleo informal en el sector turístico (la precariedad laboral, la inseguridad jurídica para oferentes y demandantes y el fraude fiscal que lleva aparejado no son rasgos de una sociedad avanzada).
Por supuesto, la sostenibilidad del turismo debe fundamentarse también en el respeto, la preservación y la valorización de la identidad cultural y del patrimonio natural existente en cada territorio. Repito constantemente que el turismo es una importante vía de retorno de la inversión en cultura. Para ello hay que profundizar en el desarrollo de mecanismos que garanticen una gestión turística basada en la gobernanza. La colaboración público-privada aún no se toma en serio.
No menos importante es la formación de los recursos humanos para incorporar a todas las empresas de manera competitiva a la economía digital. Esta propuesta va irremediablemente unida a la mejora de sus condiciones laborales para, así, evitar la fuga de talento. Si los esfuerzos en esta dirección no se intensifican será muy complicado acceder a segmentos de mercado de mayor gasto y promover nuevos productos de mayor valor añadido.
“El mayor reto del sector turístico actual es situar la sostenibilidad del turismo en el centro de todos los debates”
¿Qué debería cambiar en el sector turístico español en materia de igualdad de género?
Creo que la conciliación de la vida personal y familiar con el trabajo es la clave de que las personas que trabajan en el sector permanezcan en él y sean felices. Además, sigue habiendo una brecha de género, por ejemplo, con los complementos salariales referidos a la atención al cliente, donde se presupone que algunos puestos ocupados mayoritariamente por hombres sí tienen derecho a ese complemento y otros que están más feminizados no. Por otra parte, la representación de las mujeres en los consejos de dirección de las grandes empresas turísticas sigue sin alcanzar ni de lejos la paridad. En definitiva queda aún mucho por hacer.
¿Qué recomendación le darías a las nuevas generaciones para que apuesten por el sector turístico para su desarrollo personal y profesional?
Las personas a las que les gusta viajar con conciencia y conocer gente encontrarán una gran satisfacción innovando para desarrollar una industria turística más justa y sostenible.
Para ser una persona experta en turismo tendrán que ser turistas porque se necesita sentirse huésped para comprender a los turistas. Aprenderán muchas cosas viajando, pero también vivirán grandes experiencias siendo anfitriones. En ambas situaciones, viaje y acogida, merece la pena esforzarse por entender a los demás, aprender su idioma siempre que sea posible y, sobre todo, tener una mentalidad abierta.
El turismo es una actividad apasionante que nos mantiene con la emoción del descubrimiento toda la vida.
Si te encontrases una lámpara mágica y pudieras pedir 3 deseos para el sector, ¿cuáles serían?
El primero sería mejorar la imagen del turismo como un sector en el que desarrollar la vida profesional. El segundo, atraer a una demanda turística con más capacidad de gasto y diversificar mercados. Y el tercero y último, mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y, en especial, de las trabajadoras, que ocupan los puestos peor pagados del sector.
“El turismo tiene que reducir su impacto ambiental o no habrá más futuro sobre el que imaginar”
¿Cómo imaginas el futuro del turismo en España?
Creo que en los últimos años se han hecho grandes avances a favor de la sostenibilidad, acelerados por la llegada de los fondos europeos, pero me temo que cuando los planes financiados se terminen, se verá que falta consistencia para que los resultados pervivan, igual que ocurrió con planes anteriores.
Espero que esta amenaza se vaya resolviendo con una política consensuada liderada de manera colaborativa entre el gobierno de España y las comunidades autónomas, competentes en prácticamente todas las materias que afectan al sector.
Espero que se mejoren las condiciones laborales porque los turistas valoremos la profesionalidad y la hospitalidad del turismo español y estemos dispuestos a pagar más por servicios de calidad. Espero que nos entre en la cabeza que los horarios de los servicios de ocio tienen que ser compatibles con las jornadas laborales razonables y con el derecho al descanso del vecindario. Espero que pronto no haya que reivindicar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres porque parezca algo del pasado pero aún me cuesta imaginar un futuro en igualdad y sin violencia machista.
Por último, espero que las generaciones más jóvenes entiendan que el turismo no es consumir kilómetros sino disfrutar del viaje. No hay un planeta B. El turismo tiene que reducir su impacto ambiental o no habrá más futuro sobre el que imaginar.
Todo el equipo que forma parte de Sien Consulting quiere agradecer a Raquel que haya aceptado nuestra invitación así como por el tiempo dedicado en realizar esta entrevista.
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